BIOGRAFÍA

MI NOMBRE ES ONA SAUMELL

Quiero dedicarme al arte de las mujeres

Mi nombre es Ona Saumell Rovira, en catalán «Ona» se traduce en «Ola», mar, océano… Crecí en una familia formada por dos padres apasionados y transparentes que hicieron que mi ser fuera cada vez más completo, y una hermana que hizo que la vida nunca fuera solitaria.

Todo esto os lo cuento porque es el motivo de que a día de hoy pinte, y pinte en concreto mujeres. Mis padres se conocieron gracias a la energía del mar, una tabla y una vela. El windsurf los unió, el agua y la sal era parte de ellos, pero también la nieve bañaba sus venas. Los dos residían en Andorra, y practicaban el esquí.

En el año 1999, aparecí yo en la historia, pero la verdad la suya no cambio mucho, seguían fluyendo con el viento, la nieve y las olas, y de vez en cuando cambian algún pañal. Lo del arte en verdad viene de mi abuelo, Jasin Saumell. Él se dedicaba de forma profesional al arte, artesano, pintor, retratos y paisajista. Un artista que llego a tener una buena fama en el principado en sus tiempos.

Empecé a crecer, y sin duda practiqué todos esos deportes y alguno más, pero en mí nacía cada vez más la pasión por la pintura. Desde pequeña, en la escuela, mostraba habilidades en las artes plásticas y una pasión sin límites. Recuerdo que a mis 6 años tenía una libreta y me diseñaba los vestidos que algún día me haría. Sin embargo, siempre contemplé el arte como un hobby sin expectativa de nada.

Por ese motivo nunca asistí a ningún curso de pintura, pero yo nací entre pinceles, telas, libros de Van Gogh, Velázquez, Cézanne, … Mi abuelo murió cuando yo era una niña y no pude aprender todo lo que tenía escondido para enseñarme, pero sin duda dejo su legado latente en la sangre de mi padre.

Al igual que yo, mi padre empezó a disfrutar del arte desde una muy temprana edad. Al igual que yo, él imitaba a su padre en todo lo que podía, compitiendo consigo mismo para poder llegar a los resultados que veía en mi abuelo. En realidad, siendo un niño el mismo le ayudaba con los encargos e incluso era el pintor de muchos de ellos donde mi abuelo ponía la firma final.

Mi padre nunca llegó a enseñar su obra, siempre se ha quedado dentro de los muros de mi casa. Pero os puedo decir que vivo en una galería de arte sin duda alguna. Su amor por el arte se extendía también en la música, tocando la guitarra desde muy joven. Cunado cumplí los 6 años, me apuntaron a piano, una pasión que sigo practicando a día de hoy.

El arte hace parte de nuestra familia, lo disfrutamos, nos apasiona, nos hace soñar y poderlo transmitir de muchas formas. Pero la sociedad equivocada otra vez, me confundió y me demostró que ser artista era algo del pasado, no era una vía que pudiera elegir, y la pintura se quedó al igual que mi padre como algo personal que no mostré al resto del mundo.

Empece la carrera de Administración y dirección de empresas y Marketing, en Santander. Una carrera que me permitía seguir usando la creatividad y mi imaginación que muchas veces se salía de sus órbitas. Pero no os voy a mentir, seguía pintando para poder relajarme, volver a encontrarme conmigo misma…

Fue en mi cuarto año donde empezó todo. Una noche a las tres de la madrugada, esas noches que tu cabeza va demasiado rápido y no te permite conciliar el sueño. Pues en ese panorama fue cuando la idea de una colección de pintura sería mi primer proyecto personal.

Siempre he seguido la lucha feminista, la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres en todos los eslabones humanos. Pero, sin embargo, la lucha de los medios de comunicación dejo de representarme desde hacía tiempo. Estaba de acuerdo con los objetivos de la lucha, pero no, en como se está llevando la lucha. Pensar en que yo era la única persona del planeta con ese pensamiento, sería muy egocéntrico por mi parte, y pensé que seguro que muchas como yo buscaban otra forma para unirse en nuestra lucha.

Por lo que ya tenía un tema por el que proyectar, el Feminismo, pero esta vez desde el elogio, el color, la sensualidad, el arte, desde el total de los silencios, simplemente con la belleza, … ¿de quién? La mujer

Tenía todo un mundo abriéndose delante de mis ojos, vislumbraba rostros de mujeres que representaban todo lo que hemos ganado desde que empezamos con esta lucha, veía la gente observando los cuadros y sintiéndose representados por aquellos retratos… Todo eso una noche a las 3 de la madrugada.

Al día siguiente, sin tener ni tan siquiera un cuadro, me plantifiqué con el rector de mi universidad y les conté mi proyecto. Una exposición de 10 retratos de mujeres del Mundo que representen puntos que hemos ganado las mujeres desde el inicio de la lucha feminista, y lo voy a estrenar el 8 de marzo por el día de la mujer. Solo les pedí una sala y difusión el día de la inauguración.

Aun recuerdo las caras de los presentes en la sala, mi voz vislumbraba emoción, excitación y deseo, y sin tan siquiera mostrarle ningún cuadro (puesto que todavía ni existían) me dieron un SI unánime.

Salí de la reunión emocionada, y un jarrón de agua fría cayó encima de mí. Era momento de pintar, es día compré todo el material y me senté un una habitación en mi piso de estudiante, un pincel, y de verdad todo salía solo. Cuando terminaba los cuadros me asombraba porque ni yo misma entendía como había hecho esos rostros. Siempre me inspiraba de mujeres reales, aunque luego les ponía mis variaciones, y las pintaba con los colores que en mi cabeza aparecían. Era una danza entre mis pensamientos y el pincel.

Mientras elaboraba el proyecto, pensé en hacerlo más grande todavía, y contacté con una ONG, Nueva Vida. Con ellos hicimos que esto saliera de mi frontera personal y se creara ya en un movimiento feminista real. Parte de lo que fuera a recaudar con la obra se dirigiría a sacar a las mujeres de la explotación sexual.

Llegó el 8 de marzo del año 2021, y la palabra que lo resume «SUEÑO». Es verdad, era como estar en un sueño, todo fue perfecto. Y ese día, cuando vi los rostros de la gente observando mi primera colección Women of the World, con ojos vidriosos de emociones, lágrimas en alguno de ellos, ilusión, representación, similitud, vi que tenía que seguir que eso era mi principio.

Así que querido lector esa es Ona, una chica que nunca estudio pintura, pero que sin ella nunca hubiera sido Ona. Y hoy me puedo presentar como la artista de las mujeres de colores en fondo negro. La artista de O.Saumell Colors in the Darck